Esta mañana me preguntó una lectora cómo disciplinar a su hija. Le pregunté para qué quería disciplinarla, y comenté que me parecía mejor simplemente respetar, contener y tratar de manera empática a nuestros hijos. A lo que respondió que su pequeña hacía muchos berrinches y lanzaba cosas al suelo cuando se enfadaba, y me preguntó si eso era aceptable. A mí me parece de lo más normal, francamente, creo que los berrinches son parte normal del crecimiento y desarrollo de la personalidad de los niños

Lo crítico a mi parecer, y creo sinceramente que no tiene mucho que ver con la disciplina como tal, es ofrecerles acompañamiento respetuoso y contención emocional. Ya he escrito sobre el tema de los berrinches aquí, y aquí, así que no ahondaré mucho en el tema hoy. Lo que sí creo es que es importante es comprender por qué el niño en determinado momento se comporta de esta manera, tratar de anticipar y evitarlo, en la medida de lo posible, acompañarle durante y hablar de ello después, ofreciéndole herramientas para tratar de gestionar cada vez con más facilidad y agilidad lo que siente.

Los adultos también tenemos rabietas ¿o no? Seamos sinceros, todos nos desbordamos emocionalmente en algún momento. Tal vez no de manera tan físicamente evidente como los niños - para eso hemos crecido - pero sí en algún momento tenemos sentimientos de impotencia, de frustración y de desesperación ante situaciones que se escapan de nuestras manos. La diferencia es que aprendemos a gestionarlos, y creo que ahí radica el asunto, en enseñarle al niño que comprendemos lo que siente, que le acompañamos, que el enfado pasará y que podemos solucionar lo que le esté molestando: el problema en sí.

Otra cosa que podemos hacer en momentos de conflicto, berrinches, rabietas, explosiones emocionales de nuestros hijos, que contribuirían a mi parecer a evitar, y/o mitigar cuando ocurran, es aprender a evitar tanto la palabra "no", cuestionarnos las cosas, y si podemos y no hace ningún daño a nadie, decir que sí.

Volviendo a la pregunta de si es aceptable o no que un pequeño se comporte de esta manera, me gustaría desglosar un poco la interrogante y plantear varios puntos sobre los cuales podríamos reflexionar también:
  • ¿Es aceptable según quién?
  • ¿Lo que demanda la sociedad de nosotros - niños que "se comporten bien", básicamente callados, obedientes, que no discuten, sin criterio - es lo que realmente, de corazón queremos que sean nuestros hijos?
  • ¿Cuando escuchamos imposiciones externas - como por ejemplo cuando nos hacen sentir mal las miradas que nos juzgan como padres en los momentos en los que nuestros hijos hacen un berrinche en público - estamos realmente conectados? Y cuando digo conectados, me refiero en todos los sentidos: a nuestros instintos, a nuestro corazón, a lo que realmente queremos, a nuestros hijos - ante todo - y a sus necesidades emocionales.
He encontrado que cuando me hago esas preguntas en situaciones de conflicto con mi hijo, las tensiones se aligeran bastante. Muchas veces lo que nos imponen desde fuera no es lo que realmente resuena con nuestro interior, e irónicamente es aquello que muchas veces dirige nuestras reacciones ante nuestros hijos. En estos casos, al detenerme a conectar, como les comentaba antes, a menudo me encuentro considerablemente más serena, puedo llevar la situación mucho mejor, de manera más suave, comprender y arropar emocionalmente a mi hijo - y como consecuencia, como buen espejo - él también se calma mucho más rápido.

¿Y tú? ¿Qué opinas? ¿Qué haces ante una rabieta de tus hijos?

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Texto de Louma Sader Bujana - Odontólogo, escritora, y diseñadora



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Louma Sader Bujana

Es autora de múltiples bestsellers, entre ellos Reflexiones sobre Crianza Respetuosa, y Happy Agenda, así como creadora de diversos cursos pioneros que devuelven el bienestar y la fluidez a la relación madre-hijo. Es, además de Licenciada en Odontología, con un enfoque en la educación y prevención, la fundadora de Amor Maternal, y de la Academia de la Crianza Respetuosa. Se ha especializado en marketing y emprendimiento online, ofreciendo consultoría para profesionales y pequeñas empresas.


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2 comentarios:

  1. Es curioso. no todos los niños hacen berrinches. y suelen darse en aquellos que tienen menos capacidad para manejar la frustracion y a su vez, no pueden tranquilizarse. alli suele verse un a crianza con exceso de frustracion y falta de acompañamiento en la ira. si al niño lo dejamos llorar, pues eso es lo que aprende. si le ayudamos a calmarse...aprende a calmarse.

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  2. En los supermercados para evitar las rabietas y conflictos, llevar al niño en el carro sujeto. Así no romperá ni cogerán+ ni tocará lo que no debe, y no entorpecerá el trabajo de los demás.... Yo me rompí un codo por culpa de un niño que iba corriendo suelto por los pasillos y tuve que aguantar a los niños que se metían en los lineales de cajas (entorpeciendo mi trabajo)mientras los padres pasaban de todo.

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