Share/Bookmark 
Por si te las perdiste, puedes leer acá la parte I, parte II, parte III y parte IV de nuestra historia de parto.

En la siguiente ola de contracciones, aún de pie, Puri me sugirió imaginar que necesitaba ir al baño, mientras pujaba. Me dijo que usara esos mismos músculos. Perdonen la expresión grotesca, pero sinceramente uno no sabe hacer el gesto de pujar, simplemente no imaginas cómo hacerlo. Por eso muchas primíparas gastamos tanta energía en pujos inefectivos hasta que aprendemos, o atinamos con el movimiento correcto. De pie, pujé y lo logré. Súbitamente, oí un gran wuuuuuuuuush en el suelo, como cuando cae un balde de agua. Ahora sí respiré, y me sentí realizada. Luego de 4 horas estancada, habíamos vuelto a avanzar.

Ahí entró nuevamente el ginecólogo. Puri le comentó mis deseos de parir en vertical, a lo cual el médico respondió que no sabía atender un parto en esa posición. Le dije que yo no tenía por qué hacer doble esfuerzo y pujar contra la gravedad. Puri, por supuesto, que le doblaba la edad al médico y seguramente había atendido más partos realmente naturales y respetados que él, respondió que ella estaba dispuesta a hacerlo. El doctor intervino nuevamente diciendo que él en esa posición no sabría evitar una ruptura de periné y que podría protegerme mejor de una posible ruptura sobre la silla obstétrica. Me ofreció mantener el espaldar lo más vertical posible, para que estuviera a mitad de camino: ni horizontal, ni vertical. Accedí.

Ricardo quería soltarme la mano para poner la cámara sobre el borde de la ventana y grabar el parto. Lo agarré fuertemente y le pedí que no me soltara un solo instante. No quería que estuviera pendiente de la cámara, de moverla, etc. Necesitaba que se concentrara en mí. Afinó su ojo de águila y miró como yo le había pedido, todo el instrumental que colocaron sobre la mesa. Yo le advertí que posiblemente vería al médico acercándoseme con una tijera en la mano, y le insistí que de ser así le parara la mano y le recordara que pedí que no se me practicara una episiotomía. Los dos estábamos un poco paranoicos antes del parto. Pero durante… durante fue diferente, Ricardo fue mis ojos, mi mente, mi protector, mi compañero. Vigiló que todo saliera como yo quería, y yo mientras pude soltarme, dejar salir mi lado animal, dejarme llevar por la naturaleza.

En un momento de extremo cansancio, Puri me preguntó si quería un espejo. Le respondí que sí, imaginándome que me sacaría un espejito de tocador, como del tamaño de un plato, de esos con mango… como los que te ponen detrás en la peluquería para que veas como te quedó el cabello contra la espalda. No. Era un espejo de cuerpo entero. Puri lo sostuvo a la altura perfecta y me señaló unos pelitos largos diciendo: “¿ves esos pelitos? Esos no son tuyos, son de tu bebé. Sigue así, que ya lo vas a lograr”. Eso me dio tanto ánimo, tanta fuerza, que comencé a pujar incluso entre contracciones.

Un par de pujos después, salió la cabeza de Sam. El obstetra me pidió que parara de pujar, recosté un instante la cabeza contra el espaldar del sillón. Ricardo luego me contó que en ese momento me pidió dejar de pujar porque la cabeza de Sam había salido con el cordón enrollado alrededor de su cuello. El médico lo desenrolló y me dijo que podía volver a pujar. 3:05 AM. Luego de 27 horas de trabajo de parto, salió el cuerpo de Sam como una cápsula, eso sí lo vi. Puri lo secó un poco y me lo puso encima del pecho inmediatamente. No lloró. Nos miraba con sus grandes ojos abiertos. Nosotros detallábamos sus dedos perfectos y su nariz. Yo estaba maravillada, viendo sus minúsculas y delgadas orejitas al lado de las de Ricardo. Eran una réplica en miniatura. Cada ángulo, cada curva. Gimió suavemente.

Sam trepó al pecho a los pocos minutos de nacer, como en los videos de UNICEF. Me sentí realizada. No recuerdo si fue Puri o el médico que entró nuevamente al paritorio con una jeringa en la mano. Probablemente Puri. Le pregunté qué era. Me dijo “oxitocina”. Yo: “¡¿Para qué?! Yo ya les dije que no quiero oxitocina sintética”. El obstetra: “Es para ayudarte a parir la placenta”. Yo: “No necesito una inyección para eso, al trepar al pecho segregaré oxitocina y ya saldrá la placenta”. Y así fue. Ricardo cortó el cordón cuando dejó de latir. En ningún momento nos separaron. Yo había leído mucho acerca de los beneficios y la necesidad de que mami y bebé estén juntitos inmediatamente después del parto.

Ahora haciendo memoria, tuvimos que luchar bastante para lograr el parto que quería. El médico insistió bastante, pero me mantuve firme en mis creencias. Me desgarré un poquito, sólo un par de puntitos, pequeños, el médico supuestamente me puso anestesia local inyectada. Sentí la inyección, y luego sentí las suturas. Le dije que me molestaba, que no estaba bien anestesiada, pero no me hizo mucho caso. Era soportable, aunque desagradable. De todas maneras tenía a mi peque encima, mamando, y a Ricardo mirándolo maravillado. Estábamos en el cielo.

Nos trasladaron a una salita de espera, mientras nos preparaban la habitación. Luego nos recogió una ambulancia que nos llevó hasta el edificio adjunto, donde pasamos la noche. Llamamos a la familia para avisarles, desde la sala de espera. Cuando llegamos a la habitación, ya eran como las 6 de la mañana, si mal no recuerdo. Sinceramente, no me acuerdo si dormimos un poco antes de que llegara mi familia, o si llegaron directamente. Ahora que intento recordar, hubo varias cosas que recuerdo borrosamente, la naturaleza sabrá por qué nos nubla la mente en algunos momentos. Mi mamá se quedó a dormir con nosotros esa noche. Ricardo volvió a casa, agotado. Sam durmió la primera noche encima del pecho de mi mamá, en cuanto se despertó, me lo puse al pecho nuevamente.

Una recomendación excelente que nos dio Lourdes Martínez, la matrona que me atendió en el postparto fue el de dormir con el bebé (en la cama matrimonial, del lado de la mamá), eso facilita la lactancia, y ayuda a dormir (sin tener que levantarse a buscar al bebé de su cuna varias veces por noche si se despierta).

Nos dieron de alta el 9 de junio a final de la mañana. Cuando metimos a Sam en el Maxi Cosi para volver a casa, había una mariquita que salió volando del carro. Mi mamá dice que es un buen presagio, un símbolo de felicidad. Creo que tiene razón :)

Cuéntanos… ¿Cómo fue tu parto? ¿Lograste lo que querías? ¿Te presionaron para realizarte procedimientos innecesarios?

Foto © Jose Luis Pelaez, Inc. Blend Images/Corbis

Fin

Louma Sader Bujana

Es autora de múltiples bestsellers, entre ellos Reflexiones sobre Crianza Respetuosa, y Happy Agenda, así como creadora de diversos cursos pioneros que devuelven el bienestar y la fluidez a la relación madre-hijo. Es, además de Licenciada en Odontología, con un enfoque en la educación y prevención, la fundadora de Amor Maternal, y de la Academia de la Crianza Respetuosa. Se ha especializado en marketing y emprendimiento online, ofreciendo consultoría para profesionales y pequeñas empresas.


, , , , , ,

10 comentarios:

  1. Qué hermoso Louma! Tu hermosisimo parto natural y respetado... Te admiro, porque exigiste siempre y lo lograste lo más cercano a lo que querías... Admiro, además tu compromiso, como mujer y mamá, informadísima y preocupada por transmitir a los demás esa información...

    A mí muchas cosas no me han salido como quería, pero lucho por ser una buena mamá...

    Te admiro, así, sin más...

    ResponderEliminar
  2. ¡Estupendo parto Louma! :)
    Que pena que te estuviera dando tanto la lata el obstetra ¡una verdadera molestia! Pero superaste todos los obstáculos y lograste un magnífico parto Eres una mujer muy muy fuerte ¡¡muchas felicidades a los tres!! :))
    Elena :)

    ResponderEliminar
  3. Hola!tengo una historia de parto feliz,respetado, natural y no medicado...pero de mi abuela que tiene 94 años!! ella pario a su segundo hijo en 1940.En ese tiempo y en el campo ,pleno campo o sea ni carretera ni auto ni nada solo campo. Ella juntaba la ropa de la semana y partia, caminando hacia un manantial en un monte para lavarla(tambien iban otras mujeres de la region)y ahi se presento su parto con la caminata y despues mientras lavaba ella dice que trato de hacerlo rapido para poder volver pero la tuvo alli a mi tia en un rincon del monte al lado de un manantial, luego la ayudaron, mi abuelo(que regreso de trabajar en la estancia y no la encontro)pero ya no nesesitaron de la partera que igual visito a mi abuela para ver como estaba.Ella dise que el cordon se ataba con un pedazo de tela y la placenta salia sola y ya! que increible aquellas mujeres valientes que parian en sus casas o a campo abierto no?

    ResponderEliminar
  4. Tus relatos sobre tu parto son inspiradores, también tuve un parto respetado y gracias a dios no tuve que luchar mucho, excepto con mi pelvis estrecha y mi hija grande. Ah! y mi papá que después que parí mi mamá me contó que se había ido bravo y que iba a demandar a mi medica porque no entendía por qué me hacia sufrir tanto. La clínica donde parí esta especialmente acondicionada para partos respetados y la medica es una mujer que cree y apoya ese poder de la mujer para parir con el mínimo de medicación.
    Durante el trabajo de parto caminé cuanto quise, comí frutas, estuve un rato en el agua y después nacimos, mi hija y yo, en forma vertical. No fue un parto fácil se prolongó en el expulsivo, me hicieron episotomia, confieso que en ese momento no tenía ni idea de los riesgos de la episotomia, gracias a Dios me recupere pronto y bien de esa herida, así que solo me colocaron anestesia local y al ver a mi hermosa hija me sentí poderosa y sentí que ambas habíamos luchado y logrado el parto que queríamos. Supe que era pelvis estrecha mucho después de haber nacido mi hija, la medica lo sabía y no me lo dijo para que no me acobardara.
    Ahora ya se que es parir y tengo mucha mas información gracias a blogs como éste y en mi segundo embarazo, me vuelvo a poner en manos de Dios para que se cumpla su voluntad, esa entrega me da fuerza y me libera.
    Claudia @Claudirg

    ResponderEliminar
  5. Gracias Yarim, Elena, Anón y Claudia por sus lindas palabras, por compartir sus experiencias y por su compañía :)

    Un poco fastidioso el obstetra durante el parto, pero el del seguro privado era mucho peor. Cuando le comenté durante un chequeo que quería parir sin epidural me puso los ojos como platos y me dice: "o sea que si voy a tu consultorio a sacarme una muela, me obligarás a hacerlo sin anestesia?!?!" y le respondo: "primero, no te voy a obligar a nada, segundo un parto es algo fisiológico, en cambio cuando haces una extracción dentaria es porque existe un proceso patológico, no es lo mismo, ni puede compararse.". Era un señor mayor, como de la edad de mi abuelo, o un poco menor quizás, con ideas muy cuadradas, y claramente intervencionista. En cambio el que me atendió el parto en Sant Pau era jóven, un poco inexperto e insistente, pero al menos flexible, y al fin y al cabo me dejó hacer casi todo como quería... Aunque pensándolo bien; esa frase: "me dejó hacer" marca un poco la idea de la "autoridad" del médico sobre el paciente, y nuevamente: una mujer en trabajo de parto no es técnicamente una enferma sino una parturienta cuyo cuerpo "sabe" lo que está haciendo...
    Difícil cambiar los patrones mentales, ¿no? Afortunadamente tenía a Puri ahí :)

    ResponderEliminar
  6. @Claudirg
    El 20 de agosto de 2010, a las 36 semanas de gestación, nació Arturo Izarra Rodríguez, a las 4:00 a.m, pesó 3.245 y midió 50 cm. 3 semanas antes de los previsto y muchas semanas más después de los primeros intentos de Arturo por salir (Gracias a Dios).

    Fue un parto soñado, las contracciones empezaron a la 1:00 p.m. luego de romper membranas, así que, en tan solo 3 horas, ya lloraba como un gatito, bello, precioso y sano, hasta ahora, bastante tranquilo. Fue amamantado de inmediato, abre mucho los ojos, a ratos sonríe.

    La experiencia del parto fue graciosa, no teníamos todo listo, así que entre contracción y contracción preparamos lo primordial, además de bañarme, sentir, respirar y contar. la hermana mayor, toda una dama ingeniosa y colaborara, se quedó en casa de su Abu y abuelo y que para que durmiera, pero no pego un ojo y tampoco dejo dormir a los abuelos. Anunció el alba y llego temprano con sus abuelos.

    Llegamos a la Clínica a las 2:00 de la madrugad, La médica decía que las palpitaciones del bebé estaban muy aceleradas y algo pasaba que no sabíamos (luego supimos que el cordón umbilical estaba corto y con una vuelta en su cuellito), así que debía parir pronto. Recordando el largo trabajo de parto con Alicia, me sentí cobarde y en lo que reconocí mis emociones: miedo, empecé a pedir cesárea (ahora me río con vergüenza), entonces llamaron al anestesiólogo y me dije bueh... mientras llega, pujo y en 4 pujadas empecé a sentir como el bebe se abría camino,mas consciente que el parto anterior, fui experimentando y dejándose llevar por las sensaciones físicas. Sintí placer pero también dolor, me ardió porque se desgarré dos puntitos, así que grite con gusto.

    Sin anestesia y con la fuerza y el amor de Dios, nació este hermoso bebe. Recuerdo que, una vez que nació, dije en voz alta: Cielo Santo, Cielo Santo porque volvímos a vivir el milagro de la vida a plenitud, la voluntad de Dios, su amor hecho carne. Hermanos y hermanas de la vida, amistades queridísima, familia amada, les digo: Dios existe, aquí y ahora y es puro amor para todas y todos. Gracias por acompañarnos durante este tiempo.
    Claudia @claudirg

    ResponderEliminar
  7. Bravo por Claudia!!! Muchas felicidades y gracias por compartir tu parto!!!

    ResponderEliminar
  8. Felicitaciones Louma!! Hermoso parto!!
    Me hizo acordar mucho al mío... Dos claros ejemplos de que con información es posible luchar contra las rutinas innecesarias y lograr un parto natural, respetado y no medicalizado en una institución médica.
    Acá esta mi relato:
    http://muchomama.blogspot.com/2010/08/un-parto-o-una-lucha.html

    Una consulta: Estoy buscando en tu blog un artículo sobre homeopatía que me pareció, sino me equivoco, que vos anunciaste hace un tiempo en Facebook pero no lo encuentro.

    Un beso, Martina.-

    ResponderEliminar
  9. Felicidades Louma por tu parto natural y respetado!

    Yo tuve a mi hijo tambien en Sant Pau, pero en octubre del 2009, ya en el hospital nuevo. Yo empecé rompiendo aguas, y en Sant Pau te dan 12 horas para parir, sinó dicen que hay riesgo de infección. Bueno, el caso es que al llegar les dije que queria parto natural y me dejaron pasear, me dieron pelota de dilatación y sobretodo, me dejaron tranquila con mi maridin en la sala de dilatación.
    El caso es que llegué de 3 cm, y de ahí no pasé, y me acabaron enchufando la oxitocina. Leí que para que el bebé fuera bajando por el canal del parto lo que tenia que hacer es caminar y hacer los ejercicios sobre la pelota. Y eso hice, hasta que a los 7 cm de dilatación, tuve que pedir la epidural, que yo no queria, pero que o me la ponian, o no podria soportar tanto dolor.
    En menos de una hora ya estaba de 10 cm.
    La comadrona, que sintiendolo mucho no recuerdo su nombre... ¿Margarita? No sé, pero que solo tengo elogios para ella, porque siempre me trató con muchisimo cariño y respeto... pues eso, me dejó poner en una postura distinta a la ginecologica. Me dijo que pujara cuando yo notara que tenia que ahcerlo ( la epidural me la pusieron muy flojita, y yo notaba las contracciones, pero no dolian) y en 3 pujos, salió mi bebé! No hizo falta ni episotomia, ni desgarro ni nada! (hay que decir que hice los masajes perineales para que no fuera necesario ) Enseguida me lo pusieron sobre mi pecho y empezó a succionar. Que cosiiita!!!

    Mi recuerdo el parto es mucho más bueno de lo que me esperaba. Sant Pau fue una buena elección. Y tambien es importante la actitud frente al parto. Hay que ser positiva y paciente. Si ha de haber algun problema, ya vendrá solo, no hace falta que nos lo busquemos.

    Por cierto, muy bueno el comentario del parto en el campo. Eso si que fue un parto NATURAL!!

    Pili

    ResponderEliminar