Desde los inicios de Amor Maternal, hemos defendido la crianza respetuosa -aquella que respeta las necesidades del niño, obviamente, incluyendo las de compañía nocturna- y es desde este punto de vista, siempre apoyado con información científica de autores como Carlos González, Rosa Jové, James McKenna, entre otros, que apoyamos el colecho.

Dormir con los hijos no sólo porque lo dicte la ciencia -los beneficios al hacerlo de forma segura sobran- sino para respetar sus necesidades, ritmo, evolución, y desde luego, nuestros instintos también. 

Hemos tocado el tema desde diversos puntos de vista anteriormente, bien sea proponiendo salir del armario social, para que poco a poco el colecho deje de ser tabú, y que se conozca como una opción más -y más cómoda, dicho sea de paso- para dormir con nuestros hijos.

También hemos hablado del papel del colecho en el éxito de la lactancia materna, y su relación con el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante. En relación a éste último punto, Laura; una de mis lectoras, nos cuenta lo siguiente:

"Si no colechase, mi hijo de 23 meses no estaría hoy conmigo. Hace aproximadamente un mes, se empezó a ahogar. Le oímos porque lo teníamos a nuestro lado. No hubo explicación médica, todo estaba perfecto, simplemente "se le cerró la laringe". Creo que la 'muerte súbita' quiso hacernos una visita, pero logramos echarla de nuestra vida, al menos de momento. 

Un mes después, seguimos colechando, ahora ya sin dudas (antes la presión era tal, que aunque sabíamos que era lo mejor y estábamos a gusto, nos preguntábamos si realmente era lo mejor) y a quienes nos preguntan o nos dicen lo típico de "¿cuándo dormirá en su cama?" les respondemos que no tengo intenciones de pasarlo a su cama y les cuento cómo mi forma de hacer las cosas le salvó la vida. Ahora ya no machacan, en cuanto se enteran de la situación vivida, se dan cuenta de lo que pudo haber pasado y que esa razón es más fuerte que cualquiera q ellos me quieran argumentar para lo contrario. Espero que cuando se encuentren con otra familia que coleche, no les minen la moral con argumentaciones inventadas por los vendedores de cunas y de pisos de varias habitaciones, y dejen a las familias decidir, que bastantes dudas se tienen al principio como para que encima cuestionen todo lo que haces."

Dos mujeres científicas, María Berrozpe, doctora en Ciencias Biológicas, y Gemma Herranz, doctora en Ciencia e Ingeniería de Materiales, aúnan su experiencia investigadora con su condición de madres y nos ofrecen una puesta a punto acerca de la realidad del sueño de los bebés humanos. 

Cada familia actúa como mejor sabe o puede, pero estamos seguras de que la información de calidad es una herramienta indispensable para hacer una elección consciente sobre las alternativas más saludables y felices para nuestros hijos a corto y largo plazo, y para la convivencia familiar y social en su conjunto. 

Los expertos que trabajan como prescriptores y divulgadores de salud: pediatras, médicos, matronas, psicólogos, orientadores, educadores infantiles, periodistas, revistas y empresas editoriales... están éticamente obligados a mantenerse actualizados, a separar sus creencias personales de las evidencias científicas y por lo menos a reconocer las distintas aproximaciones que existen al respecto y sus correspondientes sustentos empíricos, científicos y/o culturales. 

Con este estudio comparativo y su exhaustiva revisión bibliográfica -publicado en formato blog de modo que pueda actualizarse periódicamente y ser accesible a todo el mundo- las autoras pretenden contribuir a que tanto padres y madres como profesionales de la salud y la pedagogía, tengamos acceso fácil pero serio a la información relacionada con este tema, y podamos comentar, aportar, difundir… y finalmente comprender entre todos de qué se trata el “problema” del sueño con nuestros niños. 

Estamos de enhorabuena.

Agradezco que compartas esta información con todas las familias que tengas a su alrededor, que se sepa de una vez por todas lo que dice la ciencia respecto al sueño de los bebés y niños, y con ese conocimiento, que cada uno decida de manera informada.