Como todo en la vida, las cosas llegan en el momento más indicado. Justo hoy, cuando concientizaba cuánto me machaco a mi misma, cuántas veces me autocastigo y me regaño aún por cosas que conscientemente sé que he hecho bastante bien, me llega una preciosa nota de la autoría de Scott Noelle.

¿Recuerdan cuántas veces estando enamorados encendían la radio en una emisora cualquiera y todas las canciones eran de amor? ¿O cuántas veces despechados, tristes tras terminar una relación, todas la canciones que sonaban casualmente narraban su propia historia?

Pues algo así me pasa con las reflexiones de Scott, jeje. Muchos de sus escritos resuenan y reflejan, aconsejan justamente algo en lo que estoy trabajando internamente, conmigo misma, algo que ronda en mi cabeza y hace 'click' al leerlo, en el momento preciso.

Así que hoy les traigo una nota que habla de amarnos y apreciarnos a nosotros mismos y de viajar, desde cierta perspectiva, en el tiempo. Se titula:

Notas de amor a mí mismo
¿Has deseado alguna vez poder volver atrás el tiempo para compartir tu sabiduría con la persona que eras antes?

"Si tan solo supiera en aquel entonces lo que ahora sé..."

En tu imaginación, viajar en el tiempo es posible y puede resultar sanador. Pero lo podrías hacer en realidad también, en sentido contrario: ¡comparte tu sabiduría del presente con la persona que serás en el futuro!

Podríamos hacerlo de esta manera:
  1. Escribe un montón de "notas de amor" breves, inspiradoras, dirigidas a ti mismo en trozos pequeños de papel. Puedes escribir cosas como "El amor es la solución", "todo está bien", "el amor nos hará libres", "¡déjalo ir!" (o "no te aferres"), "te amo", etc.
  2. Esconde las notas en lugares en que los encontrarás de forma inesperada en el futuro - en un libro de recetas, en la guantera del carro, en una carpeta, en el bolsillo del abrigo, etc.
  3. Mientras escondes cada uno, enfócate y piensa que lo encontrarás en el momento preciso en el que necesites recordar ese pedacito de sabiduría.
Tus hijos también puede jugar, pueden escribir notitas entre ustedes (de uno para el otro, y viceversa). No hay forma correcta o errada de hacerlo - basta seguir el corazón.
Se me ocurre que las notitas serían muy útiles para recordarnos en momentos duros que lo estamos haciendo bien, que estamos dando lo mejor de nosotros, sea como pareja, o como padres. Para poder decir hoy hice 3 lavadoras, las tendí, sequé doblé y guardé, hice una sopa, almuerzo, cena, nos bañamos y le di un masaje a mi hijo, lavé los platos, jugamos a escribir palabras, escribí 3 artículos, pintamos con acuarelas, contesté 25 e-mails, hice 3 llamadas telefónicas, fuimos al parque. En lugar de repetirnos que nos faltó tal o cual tarea. Para mirar el vaso y verlo medio lleno en lugar de medio vacío.

Pues eso, había pasado toda la semana tratando de enfocarme en cosas positivas y de repetírmelas cada vez que me pillaba a mí misma regañándome o exigiéndome demasiado, siendo dura conmigo misma. Y esta mañana me he encontrado con esa reflexión que Scott muy gentilmente me ha permitido traducir para ustedes, y luego con este precioso y dolorosamente real post de Ileana. Léanlo, es imprescindible.

¿Y ustedes qué opinan? ¿Se han observado? ¿Se autocastigan? ¿Se exigen demasiado a si mismos? ¿Se dan el mérito suficiente por todo lo que logran? =) Cuéntenme...

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Louma Sader Bujana

Es autora de múltiples bestsellers, entre ellos Reflexiones sobre Crianza Respetuosa, y Happy Agenda, así como creadora de diversos cursos pioneros que devuelven el bienestar y la fluidez a la relación madre-hijo. Es, además de Licenciada en Odontología, con un enfoque en la educación y prevención, la fundadora de Amor Maternal, y de la Academia de la Crianza Respetuosa. Se ha especializado en marketing y emprendimiento online, ofreciendo consultoría para profesionales y pequeñas empresas.


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1 comentario:

  1. Me parece una idea positiva y llena de buenas intenciones, sobre todo va a estar bueno encontrar una notita de esas en el momento menos pensado y cuando la rigidez de lo cotidiano pende sobre nuestras cabezas. Yo estoy intentando distenderme y encarar todo, principalmente por la crianza de Iván, con más disfrute que obligaciones. Cuesta mucho, pero se hace lo posible. Y es lo que cuenta.

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