Con gran entusiasmo y alegría, les recuerdo, queridos lectores y amigos que tendremos la presentación de Una Nueva Maternidad, el primer libro de la Tribu 2.0 del cual soy coautora, este viernes, 17 de junio, a las 7PM en la Casa del Libro, Paseo de Gracia, 62, Barcelona, España.
 
Dicho esto, quiero compartir con ustedes una intensa entrevista que se publicó recientemente en 
El Blog Alternativo. 
María del Mar Jiménez, también conocida como Can-Men, entrevistó a Ileana Medina Hernández, del blog Tenemos Tetas, acerca del libro Una Nueva Maternidad.
Reproduzco a continuación la entrevista:
1. ¿Qué es la “nueva maternidad”?
La “nueva maternidad” es un fenómeno del siglo XXI que se cuece en las casas de cada una, y se teje en Internet.
Desde cientos de blogs que crecen y crecen, páginas webs, redes  sociales, foros, se puede constatar hoy un nuevo fenómeno: el de la  maternidad «consciente» y la crianza «natural», una especie de m(p)aternidad posmoderna, posfeminista y ecologista, que a grandes rasgos, podría caracterizarse así:
- Familias tardías, que posponen la  procreación hasta más allá de la treintena, una vez alcanzados los  objetivos de estabilidad laboral y personal. Estos hijos son escasos,  planificados y deseados. 
- Cada vez mayor nivel cultural, cualificación  profesional, búsqueda y contraste de información en libros, revistas,  internet… en lugar del mero acatamiento de las instrucciones de un  pediatra o de las abuelas. 
- Identificación de los males de la «pedagogía negra» y de la violencia familiar que se han perpetuado a través de generaciones, para evitar repetirlos con nuestros hijos. 
- Regreso al paradigma de la «crianza natural». La  propia capacidad para buscar información más allá de la inmediata que  aporta el entorno, la madurez sociológica de las clases medias, la  reconciliación con los arquetipos de la femineidad, y el compromiso emocional de la pareja,  permite una re-conexión con la fisiología, un rechazo al exceso de  intervencionismo tecnológico, y una crianza más «natural», espontánea y  de contacto físico: parto respetado, lactancia materna a demanda,  colecho, porteo, alimentación casera cuidada, etc. 
- Conciencia ecológica: utilización cada vez más  frecuente de alimentos eco y bio, productos de higiene naturales,  pañales reutilizables, juguetes de madera, materiales orgánicos y  artesanales, etc. 
- Madres foreras y blogueras: el uso de las nuevas  tecnologías, la nueva cultura en red. El debilitamiento de las redes  familiares tradicionales (madres, abuelas, hermanas, vecinas…) que  vivieron la «cultura del biberón» y que no coinciden con nuestro modo de  entender la maternidad, y que muchas veces viven a largas distancias,  ha sido sustituido por la aparición de gran cantidad de sitios web  dedicados a la maternidad, foros, blogs, redes sociales, y modos de  apoyo virtual que permiten a las madres (y también padres) de similares  inquietudes compartir conocimientos y experiencias, formando nuevas «tribus virtuales». 
- Madres en solitario, adoptivas, homosexuales, con matrimonios sucesivos o en parejas de hecho, con modelos familiares distintos del matrimonio tradicional,  y en familias nucleares muy reducidas. Parejas volcadas en el tiempo y  cuidado dedicados a nosotros mismos, más interesadas en la felicidad y  en el aspecto «nutricio» de la familia, que en la producción, el consumo  o la moral tradicional. 
- Influencia política. Hoy es posible, desde dentro  del sistema económico-productivo, la exigencia de nuevos derechos  laborales y de nuevas formas de organización del trabajo, que permitan  bajas maternales y paternales remuneradas más largas, protección de la  vuelta al trabajo de las madres, más
tiempo con nuestros hijos, así como una consideración social más alta de las labores de la crianza, y de cuidado en general. 
- Orgullo renovado del cuerpo femenino y maternante,  no como mero «mecanismo reproductor» ni como falso estereotipo de  belleza, sino como sentido primario de la sociedad, como derecho  femenino, y como experiencia enriquecedora y única, que no tiene por qué  ser «obstáculo» para el desarrollo laboral ni intelectual de las  mujeres, sino todo lo contrario. Si se hicieran las transformaciones  socio-laborales necesarias, que a su vez redundan en beneficio de los  bebés (o sea, de toda la sociedad y su futuro), la maternidad y la  capacidad laboral e intelectual de las mujeres pueden ser perfectamente  compatibles.
2. ¿Y qué tiene de “nueva” exactamente? ¿Acaso habéis descubierto  algo que no sabían las madres y la sociedad durante millones de años?
Lo nuevo es la conciencia. Durante millones de años,  las hembras humanas han amamantado, abrazado, porteado y sostenido a  sus hijos en todas las cultura 
s, naturalmente.
Lo nuevo es que hoy las mujeres con estudios, con puestos de trabajo cualificados, estamos ELIGIENDO criar de esta manera.  A contrapelo de las políticas oficiales, e incluso contradiciendo lo  que nuestras madres y abuelas hicieron con nosotras y nos dicen que  hagamos. 
La lactancia materna extensa, el porteo, el colecho, el respeto por  los ritmos de los niños, la crianza respetuosa… la estamos eligiendo  conscientemente, y para ello, muchas veces tenemos que leer y estudiar, pues la sociedad no nos lo pone fácil. 
Dar un biberón o comprar un carrito cualquiera sabe, y la publicidad está por todas partes, pero para mantener la lactancia a pesar de varias mastitis (el único especialista español en mastitis humana es un veterinario,  siempre lo digo para dar idea del punto en que estamos), o para  aprender a usar los fulares y portabebés, hay que buscar ayuda,  conocimiento, apoyo… hay que hacerlo con conciencia y con muchas ganas.
2. ¿Qué criticáis respecto a la situación de la crianza, maternidad-paternidad e infancia en el mundo actual?
Mi principal crítica es que la crianza es adultocéntrica.  Quiero decir, desde el punto de vista del adulto. Todas las decisiones  sobre los niños se toman desde el adulto, lo que es más cómodo o  conveniente para nosotros. Y los bebés tienen unas necesidades  emocionales que están bastante distante de lo que los adultos imaginamos  y hemos practicado hasta el día de hoy. 
La historia de la infancia a lo largo de los siglos ha sido la  historia de la INFAMIA. Hasta el siglo XIX, lo “normal” era que los  niños fueran abandonados, castigados, violados, abusados, explotados  laboralmente, por sus propios padres y familiares. 
El psiquiatra Luis Rojas Marcos, en su importante ensayo Las Semillas de la Violencia, habla de que hasta un tercio de los niños eran abandonados o asesinados por sus propios padres en el siglo XIX en Europa. 
Películas como La Cinta Blanca (Alemania, 2009) o La Celebración  (Dinamarca, 1998) reflejan una realidad que no era la excepción, era lo  habitual hasta hace bien poco en las mejores familias.
Alice Miller  ha desmenuzado las biografías de los grandes dictadores, y también de  grandes artistas y literatos, y en todos ha encontrado una infancia  profundamente desdichada. Era y es lo normal todavía en muchas casas. 
Todos provenimos en mayor o menor grado de esas cadenas históricas de desamparo, de violencia intradoméstica… la familia ha sido la reproductora social de la violencia por excelencia.
3. ¿Y qué proponéis? ¿Realismo o utopía?
Proponemos un cambio hacia una crianza respetuosa.  Derribar el último y más importante tabú que nos queda: el de creernos  superiores a los niños y obligarles a cumplir nuestros deseos. Una  crianza consciente que comience cuidando todo el proceso, desde la  gestación. 
La ciencia, con la neurobiología a la cabeza, ha demostrado en los  últimos años que las primeras fases, lo que se llamado salud primal (la  vida intrauterina, el momento del nacimiento, los primeros meses y años  de vida) son importantísimos para la construcción de nuestro sistema cerebral, neuronal y emocional. 
El conocido divulgador científico Eduard Punset lo ha dicho con claridad:  “Si mis lectores me insisten en que les diga cuál es el descubrimiento  social más trascendental de estos dos últimos siglos, no tendré más  remedio que responder: el impacto insospechado en su vida de adulto de lo acontecido al bebé desde el vientre de la madre.”

Lo que el bebé viva en esa etapa configurará su cerebro, sus redes neuronales y su sistema nervioso  para el amor, la confianza, la seguridad, la paz, la autoestima… o en  cambio para el miedo, la violencia, la competitividad, la lucha, la  ansiedad o la depresión.
Embarazos conscientes, partos respetados, que no separen a la  criatura recién nacida de la madre, lactancia materna a demanda y hasta  que el niño quiera, porteo, acompañar a dormir… 
El tema del sueño me parece particularmente importante. Todas las crías de animales duermen junto a sus padres y su manada. Ningún progenitor expulsa a las crías del nido para dormir. La noche es larga, oscura y llena de depredadores. 
Cuando un bebé humano nace, él no tiene forma de saber que en su  hermosa cuna está seguro, él se siente seguro únicamente junto a su  madre y a su padre, como ha sido siempre filogenéticamente. 
Mandarlo a dormir solo es decirle inconscientemente que no nos  importa que muera, que lo mandamos a exponerse al peligro de los  depredadores. Cada bebé humano que nace es exactamente igual que el que  vivía hace millones de años en una cueva, nace con las mismas  necesidades que cualquier otro primate. 
El hecho de echar a los niños a dormir solos, en cunas con barrotes o  incluso en su propia habitación, usando para ello a veces métodos  conductistas disuasorios muy crueles, tiene necesariamente repercusiones en el futuro: miedos, terrores nocturnos, enuresis, fobias, inseguridad, baja autoestima, agresividad… Acompañarles a dormir nos permite además compensar por tantas horas diarias de separación. 
No creo que sea una utopía. Basta con echar un vistazo a la “red maternal” para ver que cada vez más madres y padres intentan criar con cuerpo, compañía y respeto a las necesidades emocionales de los niños pequeños.
4. Hablas de temas que buena parte de la sociedad y autores de  renombre como la intelectual feminista francesa Badinter consideran una  “peligrosa ofensiva naturalista ecológica” y “una nueva forma de  esclavitud”. ¿La nueva maternidad es progreso o retroceso para los  derechos de las mujeres?
El “progreso” ocurre en espiral y no en línea recta. Incluso ocurre  en muchas direcciones. Eso de creernos que hay una línea que nos lleva  de las cavernas a un futuro luminoso era una creencia de la modernidad  que ya no se sostiene, y que nos está cobrando precios muy altos en  materia de salud y de destrucción del planeta. 
La maternidad es, puede y debe ser UN PLACER. Y permitirnos vivir  la maternidad como fuente de placer y satisfacción es por supuesto un  avance en la comprensión y la plenitud de la femineidad y en los  derechos de las mujeres. 
Los procesos fisiológicos todos son placenteros. Gestar, parir y  amamantar también lo serían en condiciones normales. Son todas fases del  proceso reproductivo-sexual de la especie. 
Es la represión sexual y vital de la mujer la que ha convertido el parto en doloroso, y la lactancia en un “sacrificio”. 
El dolor del parto es cultural. Como sugiere la Biblia uniéndolo en  un mismo versículo, está relacionado con el dominio masculino, con el  patriarcado. No tiene que ver con nuestras cabezas grandes ni con la  posición bípeda: cuando la mujer pare empoderada y respetada, en su  hábitat, puede llegar a tener partos orgásmicos. Hay testimonios.

Al reprimir sexualmente a las mujeres desde la infancia, nuestro útero se vuelve espástico, y por eso duele. Como bien ha explicado Casilda Rodrigañez  a partir de los hallazgos de varios ginecólogos y obstetras, lo que se  considera hoy día como dolores normales del parto en realidad son  calambres del útero contraído. 
¡Todas las mujeres tenemos el útero espástico en esta sociedad  represora durante milenios! Nuestra sexualidad reprimida, el miedo, la  baja autoestima, y el perder costumbres como las danzas del vientre, nos  desconectaron de nuestro útero. El parto horizontal, en presencia de  extraños, y atemorizadas, hace lo demás. 
Con la lactancia, ocurre lo mismo, está previsto por la naturaleza y  por la evolución que sea fácil, natural y placentera para la mujer. 
De hecho, la mujer durante el parto y la lactancia libera las  mayores cotas de oxitocina y prolactina de la especie humana, y la  oxitocina es la hormona del amor y el placer. Los  neurotransmisores del placer se activan durante el parto y la lactancia,  y está previsto por la naturaleza que así sea: ¡la maternidad sería  entonces el momento de mayor plenitud y placer de las mujeres! 
Nada más lejos de la esclavitud, desde mi punto de vista.
5. ¿Son los hijos el enemigo de la carrera profesional de las mujeres?
Bueno, es posible que tal como están planteadas las carreras  profesionales hasta ahora, sí lo sean. Pero también podríamos hacer la  pregunta a la inversa: ¿son nuestras carreras profesionales, la de mujeres y hombres, el mayor enemigo de nuestros hijos?
Las mujeres nos hemos incorporado a un mercado laboral diseñado por  hombres en una época en que las mujeres nos quedábamos en casa con los  niños.
Por eso, la incorporación de la mujer al trabajo ¡tiene que servir  para cambiarlo! No para sacrificar a nuestras criaturas escolarizándolas  durante 12 horas al día desde los 4 meses de nacidos, y con ello,  perjudicando a todo el futuro de la humanidad.
Es urgente cambiar el sistema productivo-laboral y  adaptarlo a las nuevas familias donde ambos miembros trabajan: jornadas  de trabajo más reducidas, excedencias, horarios flexibles, trabajos en  casa, trabajo en red, trabajo por objetivos, aumento de la  productividad, empleos donde se pueda acudir con los niños, guarderías  pequeñas en los centros de trabajo… todo lo que nos ayude a estar menos tiempo en el trabajo, y más cerca de nuestros hijos.
La esclavitud siempre ha radicado en el trabajo y no en quedarse en  casa, según cuenta la historia más oficial, ¿no? La palabra trabajo  proviene del latín tripalium, castigo en tres palos.
6. ¿Qué cambios están ocurriendo dentro del feminismo? ¿Y quiénes conforman este movimiento? ¿Les debe temer el Sistema?
A mí me gusta una tendencia del feminismo que se llama ECO-FEMINISMO.  Pretende que pongamos la vida en el centro y que cultivemos el  paradigma del cuidado. La mujer, la maternidad, los niños, la naturaleza… La  protección de la naturaleza y la protección de nuestros niños,  ancianos, enfermos… (que somos todos en algún momento de nuestras vidas)  van unidos. El “cuidado de sí”, ese principio ético que ya cultivaban  los antiguos filósofos griegos. 
Se trataría de poner un poco de freno a la vida productiva alocada que llevamos,  a la dinámica producción-consumo, y centrarnos, todos, hombres y  mujeres, en lo verdaderamente importante: el tiempo generoso compartido  con las personas que amamos. Que los trabajadores asalariados tengamos  esa posibilidad: no es verdad que “la crisis” necesite que trabajemos  más, “la crisis” lo que necesita es que se reparta mejor la riqueza.
Desgraciadamente el feminismo que prima en los Institutos de la Mujer y afines es lo que el sociólogo Jesús Ibañez llamó “feminismo converso”.  Un feminismo que consiste en que todos, mujeres y hombres, seamos  patriarcas: generales de ejército, empresarias de éxito, ministras,  jefas, millonarias. Me temo que por eso triunfa en los gobiernos y en  las instituciones: porque en realidad ese feminismo es funcional al patriarcado y al capitalismo. Es digamos, el colmo del patriarcado. El patriarcado asumido, interiorizado y representado por las propias mujeres. 
Y no digo que no sea importante que las mujeres ocupemos puestos de  poder. Pero más interesante sería que mináramos el poder, que  cambiáramos las formas de ejercer el poder. QUE “FEMINIZÁRAMOS” LA  SOCIEDAD, entendiendo por “feminización” unas mayores cuotas de  ternura, sensibilidad, empatía, cooperación, solidaridad, justicia  social… 
Más interesante que llegar al poder, es prestigiar las labores de  cuidado. Que nos demos cuenta de que para la sociedad en su conjunto, es  más importante la labor de crianza de los niños  que las labores de un Ministro o de un General, por ejemplo. Que  debería ganar más –porque aporta más a la sociedad- una educadora  infantil que un ejecutivo de la banca.
Ese cambio de valores es lo que yo esperaría del feminismo, y lo que sería verdaderamente un salto de progreso.
7. ¿Qué relación tiene la lactancia o lo doméstico con la Política, la ecología o la soberanía alimentaria?
Criar es hacer política. Los políticos de hoy y del  mañana fueron niños criados y amados o desamados por alguien. Y en la  medida en que hayan sido criados con justicia y amados suficientemente,  podrán luego ejercer el poder de una manera ética y justa. 
El poder lo suelen ambicionar y ostentar personas con grandes vacíos  personales, que vienen de su propia infancia, y que buscan llenarlos a  través de la “erótica del poder” y del dominio sobre los demás. No  podemos en general esperar que desde ese vacío personal, puedan hacer  algo para mejorar la sociedad. 
El cambio vendrá desde lo microsocial, desde lo que  cada una de las personas con conciencia hagamos en nuestra casa, en  nuestras familias, en nuestro entorno inmediato.
8. ¿Tiene apoyos esta nueva tendencia o se mueve en tierra de nadie?
Aparentemente no tiene muchos apoyos. No veo hablar de esto en ningún  programa de ningún partido político, ni en las escuelas, ni en las  universidades, ni en los grandes medios de comunicación… Pero ES UN  SILENCIO A GRITOS. 
Las grandes instituciones de la época moderna (la escuela, el  Parlamento, los medios de comunicación de masas…) están llamados a  cambiar, y poco a poco lo vamos viendo. Han perdido credibilidad, nadie  confía hoy en los políticos, nadie les cree… Vivimos como en una farsa,  sosteniendo en apariencia un sistema en el que nadie realmente confía, y  poco a poco, y desde abajo, eso está empezando a cambiar. Sin revoluciones violentas, sin alardes, desde la casa y la cama de cada uno, desde nuestras decisiones de compra, desde la intimidad, nos vamos haciendo más libres y más conscientes.
9. ¿Qué es el libro Una Nueva Maternidad y qué puede encontrar el lector en él?
El libro Una Nueva Maternidad es una  recopilación de artículos heterogéneos, escritos no en lenguaje  literario ni en jerga profesional, sino en lenguaje “blogueril”, limpio y  correcto. Muy ameno y de rápida lectura, pero contundente y profundo en los contenidos, y con basamento científico.
El hilo argumental que lo une es la experiencia maternal: el  embarazo, el parto, la lactancia, la crianza… hemos intentado ordenarlos  de modo que conforme una idea coherente de todo el proceso.
El lector encontrará en él una descripción de la maternidad vista  desde adentro. Algo aparentemente tan sencillo, y sin embargo sin  precedentes en la historia de la humanidad. Nunca antes madres normales  habían escrito sobre la maternidad y la crianza. No es un libro  escrito por psicólogos, pediatras ni gurús de la crianza, tampoco por  literatas ni escritoras de renombre, sino por madres con cierto nivel  cultural que nos hemos atrevido a reflexionar sobre la maternidad y sus  dimensiones sociales.
10. ¿Cómo se ha parido-gestado este libro y quién está detrás?
Detrás no hay “nadie”, si se entiende por ello un encargo de una gran editorial, o a los intereses de alguna empresa. 
Fue una idea de una madre bloguera, Raquel Tasa,  y su marido, diseñador. Contactaron conmigo, y entre los tres nos  dedicamos a convocar al resto de las madres blogueras participantes*.  Cuando se lo ofrecimos a la Editorial Ob Stare, ya el libro está hecho, incluso maquetado. 
Es un libro de la “tribu 2.0”, de esa tribu de  mujeres y madres que, a falta de grupos reales en la vida cotidiana, nos  encontramos, conversamos y sostenemos unas a otras en la red. 
La blogosfera ha elevado la crianza a categoría temática de primer nivel,  que no existía en los medios tradicionales. Los grandes periódicos,  frente al éxito de la blogosfera maternal, han tenido que contratar  también a columnistas blogueras que hablen de maternidad, pero que están  lejos de alcanzar la autenticidad, frescura y profundidad que ofrece la  blogosfera de madres independientes, que escriben desde el corazón en  sus espacios libres y personales.
11. ¿Qué puede mostrar esta obra a la nueva generación de mujeres jóvenes?
Las mujeres –y también los hombres- jóvenes tienen que saber que sí, que es  posible vivir la m(p)aternidad y nuestras carreras profesionales ambas  de modo intenso. Que tenemos que exigirle al sistema esa posibilidad. 
Quizás los altos índices de paro vengan a decirnos que tenemos que  encontrar otros caminos, fuera del mercado laboral al uso, que nos hagan  más plenos como profesionales y también como seres humanos. 
La plenitud del ser humano no está en trabajar como un esclavo de sol a sol para una multinacional,  para ganar un mal-sueldo que nos permita comprarnos un coche de  pacotilla y pagar la gasolina a precio de oro, sin poder siquiera  independizarnos de nuestros padres. Tenemos que buscar caminos  alternativos, y aparecerán. Tenemos que usar la imaginación y darle un  vuelco a esto, desde nuestros corazones y nuestros úteros, no desde lo  que nos viene impuesto desde afuera como la única posibilidad. Porque al  poder le importamos un pimiento, nadie va a hacer nada por nosotros, si  no nos movemos.
12. ¿Qué puede aportar este libro a madres-familias de crianza “convencional” o con otra visión de estos temas…?
Quizás la posibilidad de pensar. Nosotras mismas  venimos de familias con crianza “tradicional” y teníamos ideas muy  convencionales, hasta que la maternidad y el encuentro con otras mujeres  nos permitió hacer un “clic”, conectar con un conocimiento que está muy  escondido, pero por suerte, cada vez menos. 
Por mi experiencia en foros, blogs y redes sociales, y por la mía  propia, la gran mayoría de mujeres cuando nos exponemos a estos  mensajes, cuando accedemos a este tipo de lecturas, nuestro corazón nos dice que ahí está la verdad. 
Si algunas prefieren evitar estos mensajes, o reaccionan de manera  “virulenta” es porque se sienten impotentes –y muchas veces,  injustamente culpables- ante sus propias historias de partos violentos,  lactancias fracasadas, familias autoritarias, infancias desamparadas,  convencionalismos sociales que creen no poder enfrentar ni evitar… 
Preferimos muchas veces cerrar los ojos y no ver,  ante la falta de apoyos, ante nuestra frágil autoestima, o ante nuestra  propia historia vital de desamparo, que preferimos mantener en el  olvido, en el inconsciente. Es duro enfrentarse de pronto a nuestras  propias carencias y limitaciones. 
 
Criar de esta manera es todo un taller de crecimiento personal, y cada uno lo hace desde el punto en que está.  Pero lanzarse ¡es tan reconfortante! Una vez que el “clic” sucede, y  salimos de Matrix, todo empieza a funcionar mucho mejor en nosotras  mismas, con nuestros hijos, con nuestras familias. Nos damos cuenta de  la fuerza interior que poseemos, y de la capacidad de ser libres que  tenemos por delante. 
Ojalá les dé la posibilidad de conectar mejor con su instinto, con su corazón, con sus sentimientos, y de darse cuenta de que el  modo automático de criar que heredamos de nuestros padres o que nos  impone la sociedad, ni siquiera es el mejor para nosotros mismos.
13. ¿Existe alguna relación entre la “nueva maternidad” y la Spanish Revolution? ¿Hay futuro para la “nueva maternidad”?
La “nueva maternidad” es ya el presente y el futuro. Uno de los pocos  futuros posibles que alcanzo a vislumbrar es, por ejemplo, el de una  ciudad llena de pequeños negocios familiares, donde la gente conozca,  ame y sienta el oficio en el que trabaja, utilice materias primas  cercanas y de calidad, y trabaje desde el amor y la pasión, mientras los  bebés cuelgan de sus madres y los niños corretean por el negocio  familiar a la vez que aprenden, se integran, y se vuelven seres humanos  plenos. 
El modelo intensivo de la industrialización está agotado, no es  sostenible por ninguna parte. Ni ecológicamente (el mundo se deteriora  como todos vemos) ni económicamente (esa es la crisis de la que  hablamos), ni humanamente, pues la gente no acepta ya más ser mercancía  barata en manos de políticos, empresarios y banqueros. 
Ileana Medina Hernández
Tenemos Tetas
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LAS AUTORAS DEL LIBRO “UNA NUEVA MATERNIDAD”
- Azucena Alfonsín, de Aprendiz de Madre
 
- María Berrozpe, de Reeducando a Mamá
 
- Mónica de Felipe, de Grupo Maternal
 
- Irene García, de Ser Mamás
 
- María José García, de Sant Feliu Lactancia Materna
 
- Carolina Garcinuño, de La Mamá de Mateo
 
- Nohemí Hervada, de Mimos y Teta
 
- Erika Irusta, de Alma de Doula
 
- María del Mar Jiménez, de El Blog Alternativo
 
- Mireia Long, de Bebés y más
 
- Ileana Medina, de Tenemos Tetas
 
- Cristina Romero, de Despertar en la Luz
 
- Louma Sader, de Amor Maternal
 
- Raquel Tasa, de Madre Tierra
 
- Vivian Watson, de Nace una Mamá
 
Y Enric Boix, diseñador y alma mater del libro
Por otra parte, quiero compartir con ustedes la nueva 
web oficial del libro Una Nueva Maternidad, en cuya creación he tenido el gusto de participar. Allí encontrarán breves biografías de las autoras, fotografías, puntos de venta e iremos actualizando constantemente los eventos en los que participemos como 
Tribu 2.0.
El precioso texto que leerán en la página de bienvenida, ha salido de la pluma de
 Erika Irusta, quien nos cuenta en su blog cómo ha sido para ella 
la experiencia de parir un libro.
María Berrozpe, nos cuenta 
aquí el camino que la ha conducido hacia el pequeño-gran sueño, como ella misma lo define, de publicar un libro.
 
Mónica de Felipe, nos cuenta también cuál ha sido su experiencia personal, y cómo se ha incorporado a la Tribu 2.0 en 
este sentido texto.
 
Carolina Garciniño, cuenta 
aquí sus vivencias en torno a la gestación de 
Una Nueva Maternidad.
 
Y finalmente, Vivian Watson, también cuenta 
su historia acerca del nacimiento de 
Una Nueva Maternidad.
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- Si deseas comprar el libro y que te lo enviemos a cualquier otra parte del mundo, dedicado y firmado también, por favor sigue este enlace.
 
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Excelente entrevista!
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