Continuamos recibiendo Consultas de Mamá a Mamá cada semana y las seguiremos publicando a fin de que podamos entre todas conversar estos temas y que queden archivados en nuestro Índice para futuras referencias. 

En esta ocasión nos ha escrito Andrea, una madre lactante que está preocupada por el tema de la alimentación complementaria:

Hola Louma buenos días,

Últimamente leo mucho las publicaciones de tu blog en Facebook, y me encanta porque con las experiencias compartidas con otras madres me parece es la mejor forma de aprender muchas cosas que nos ayudan con la crianza de nuestros hijos.

Gracias a Dios con mi bebé he practicado la lactancia exclusiva, de lo cual puedo decir aprendí mucho con la LLL y estoy feliz de haber encontrado un grupo de apoyo que me enseñara cosas tan prácticas y efectivas, de lo que puedo decir hoy en día en el mundo "moderno" en que vivimos hay una gran desinformación en poder tener una identidad de madre natural.

Lamentablemente hoy en día tengo un problema con mi bebé y no si me pueden brindar información que me ayude. Le introduje sus alimentos sólidos a partir de los 7 meses, con lo cual no tuve ningún problema ya que comía sus puré de frutas y vegetales con mucho apetito. Comió así hasta el año, incluyendo carne, pollo, pan, cereales, etc. Cuándo mi mamá comenzó a ayudarme con cuidarle, le licuaba sus alimentos para que comiera todo sin problemas, y se acostumbró a sopitas. Ya después no quería ningún sólido y si encontraba un grumo en la comida vomitaba. Para que comiera le seguí licuando sus alimentos, pero trataba de que cuando tuviera hambre comiera sólidos de lo cual solo recibía galletas, arroz, maní, nuez y manzana. Hoy en día ya tiene 22 meses y por más que deje para cuando tenga hambre no come sólidos, solamente los que nombro anteriormente. Ya las sopas también las rechaza y llora mucho. Tengo que brindarle un postre para que coma sus sopas. Puede durar hasta un día sin comer y sin pedir comida. El pediatra me dice que es capricho, ya que si come ciertos sólidos no hay problema. Pero pienso que tanta sopa y papilla puede dañar su sistema digestivo. Que aunque sé no está desnutrida ya que logro introducir todos sus alimentos en los licuados.

He comprado platitos y cubiertos atractivos, trato de distraerle con tv, cuentos, música. Le he llevado a parques a comer y nada, no hay éxito. ¿Qué puedo hacer? Ella entiende muy bien todo, tanto que enseñarle a ir al baño me tomó sólo dos días, pero en las comidas es muy terca.

Si hay consejos para mí que puedan ayudarme lo agradecería mucho, quiero que llegue a los dos años comiendo normalmente.

Agradezco de antemano la atención a mi duda, y mil felicitaciones por la ayuda brindada a tantas madres al rededor del mundo.

Bendiciones,

Andrea Ramón
Panamá
Ante todo, Andrea, agradecer tus lindas palabras :-) Todo lo que has escrito me recuerda a Carlos González y te recomendaría leer su libro titulado Mi Niño no me Come. Justamente hace un par de días publiqué una entrevista suya en la que toca el tema de la alimentación, que creo puede interesarte.

Lo primero que me viene a la mente leyéndote, es que el hábito que tiene ahora tu nena, el de comer todo colado - y que deseas quitarle - se lo has creado tú. No lo digo en tono de reproche en lo absoluto, sino porque creo que es crucial ponerte en su lugar y tratar el tema desde la empatía y la comprensión

Entonces, hablamos de que un niño en torno a ls 6-7 meses comienza a llevarse todo a la boca, explora el mundo con la boca, estando en plena etapa oral. Se lleva zapatos, papeles, llaves, etc. todo a la boca. Si nosotros en ese momento, en lugar de ofrecerle sólidos sanos, me refiero a comida de verdad, como por ejemplo un muslito de pollo, para que se lo lleve a la boca, le empezamos a meter nosotros la cuchara en la boca con un alimento licuado - por decirlo de alguna manera - estaríamos desviamos el proceso de aprendizaje. Al introducirle la cuchara en la boca, que tal vez sea más ordenado, menos desastroso de limpiar que si lo dejáramos llevarse las cosas a la boca por sí solo y experimentar, estamos creando un hábito que no es el que espera el niño. Un niño ávido y con ganas de comerse (nunca mejor dicho) el mundo.

La comida, no es sólo alimento y nutrición, es experimentación, es una fiesta para los sentidos. Estimula el tacto, el olfato, la vista y el gusto. Todo a la vez que nos nutre. ¿Cuánto hace que no comes spaghettis con las manos? Tal vez suene un poco alocado, pero hazlo. Verás y recordarás - si lo habías hecho de niña - lo increíble que es. Sentir los hilitos con los dedos, experimentarlos con los cinco sentidos es muy intenso. Hazlo delante de tu niña, tal vez le interese jugar también. Tal vez acepte sólo chupetear las cosas a la primera o quizás no le interese en lo absoluto. Yo igualmente respetaría su elección. Creo que la idea es ponerte en su lugar e ir probando a ver si hay manera de invitarla amablemente a retomar el curso del disfrute de la alimentación.

En este respecto, creo que podrían interesarte este y este artículo en los que hablo precisamente de alimentación complementaria autorregulada, o baby-led weaning, es decir; cuando dejamos a los niños comer solitos, ofreciéndoles comida de verdad (obviamente alimentos sanos, sin picantes, ni ingredientes potencialmente alergénicos). También podrías leer mis reflexiones y experiencias en torno al uso del chupete, en donde hago la analogía de un hábito que nosotros hemos creado en el niño, por nuestra conveniencia, y cómo - a mi parecer - debemos hacer lo contrario al intentar retirar o detener el hábito: respetar al niño.

Espero que mis palabras no suenen duras, no estoy juzgando, yo misma ofrecí un chupete a mi hijo por desconocimiento, y ahora reflexionando en retrospectiva veo las cosas de otra manera y por eso he escrito al respecto. 

Volviendo al tema de la alimentación, tú has creado ese hábito (o tu suegra, por ejemplo) - el caso es que es algo que tu niña no ha pedido, que le ha sido enseñado e impuesto, así que creo que ahora lo mejor será explicarle y dejarla ser. Seguirle ofreciendo alimentos sanos y nutritivos y si no acepta comérselos sin licuar, pues meterlos un minuto a la licuadora y volvérselos a servir. Yo no pelearía con ella porque creo que no traería nada bueno, tampoco me propondría una fecha para que esté comiendo "normal" luego de haberla acostumbrado a comer purés.

Carlos González comenta en su libro que nadie llega a adulto comiendo sólo licuado, así que mejor dejarlos en paz y tarde o temprano comerán otras cosas. Por otro lado, sí que come algunos sólidos, como tú bien comentas. Creo que lo que haría en tu lugar es eso: seguir ofreciendo alimentos sanos, sin presionar, ni inisistir, ni engañar, ni persuadir (parque, tele, cubiertos especiales), ni chantajear, ni premiar (postres para que se coma la sopa por ejemplo), ni regañar, ni amenazar, ni castigar. Si los acepta, bien, sino, pues a la licuadora, hasta que un día le pique de nuevo la curiosidad y acepte comer comida :) Además, creo que está bastante grande como para que pida lo que le apetezca, ¿has probado preguntarle qué quiere comer? Tal vez te sorprenda.

Para finalizar, si continúa tomando el pecho, puedes estar tranquila de que recibe gran parte de los nutrientes que necesita. Yo creo sinceramente en el apetito biológico de los niños, en respetarlo, en que ellos mejor que nadie saben lo que su cuerpo necesita. Y puntualizo "apetito biológico", porque creo que es innato, que si no lo manipulamos (cómete otra cuchara por mamá y otra por la abuela, y ahora el avioncito, y el trencito, y...), ni reciben influencias externas, como por ejemplo ver muchos anuncios de comida chatarra en la tele, saben pedir lo que requieren.

¿Y ustedes qué opinan? ¿Les ha pasado algo similar? ¿Cómo han pasado de los purés a la comida de verdad? ¿Algún consejo para Andrea?

Por favor compartan este artículo con quienes crean que puedan aconsejar a Andrea, o beneficiarse al leerlo, gracias :)

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Louma Sader Bujana

Es autora de múltiples bestsellers, entre ellos Reflexiones sobre Crianza Respetuosa, y Happy Agenda, así como creadora de diversos cursos pioneros que devuelven el bienestar y la fluidez a la relación madre-hijo. Es, además de Licenciada en Odontología, con un enfoque en la educación y prevención, la fundadora de Amor Maternal, y de la Academia de la Crianza Respetuosa. Se ha especializado en marketing y emprendimiento online, ofreciendo consultoría para profesionales y pequeñas empresas.


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2 comentarios:

  1. Hola! Yo creo que podría ser una dificultad de la integracion sensorial. Hay niños que tienen muchisima sensibilidad tactil a nivel oral y que por eso rechazan ciertas texturas en la boca, ciertas temperaturas tambien. Se le llama hiperresponsividad tactil oral o defensivo tactil. Deberia consultar con alguna terapista o terapeuta ocupacional especializada en integracion sensorial. Besitos!!!

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  2. Gracais Paola, tomo en cuenta tu consejo así que investigaré al respecto.

    @paola

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