Share/BookmarkAún recuerdo con claridad, una ocasión en la que viajando de Caracas, ciudad en la que vivía e iba a la uni, a Barquisimeto, dónde vivía mamá; tuve la buena suerte de ir con una niña muy hermosa al lado. Seis horas de camino en bus, con una compañera de asiento inolvidable. Vania tendría unos cuatro a cinco años en aquel entonces, y me contó muchas cosas sobre su vida, sin embargo la anécdota que mejor recuerdo es su receta para preparar nada más y nada menos que: ¡hielo!

Vania me explicó con minuciosos detalles y ojos de fascinación cuánta agua había que echar en los moldes, el cuidado con el cual hay que caminar para no derramar el contenido de la bandeja yendo de la repisa al congelador, y que lo ideal sería esperar de tres a cuatro horas. Y añadió: "luego abres el freezer y ¡listo! tienes mucho hielo..." Su papá me miraba como diciendo con los ojos: "perdona, es que habla mucho" y yo le sonreía y sacudía la cabeza como diciendo "tranquilo, estoy encantada con la conversación" - y francamente lo estaba.

Hoy recordé a Vania porque le preparé un té frio casero a Sam. Cuando se lo serví, aún estaba tibio, así que le ofrecí un poco de hielo. Miró fijamente los hielitos en su vaso y me pidió un pitillo/pajita/canutillo (o como lo quieran llamar), meneó un poco la mezcla y se fue a jugar con otra cosa. Unos minutos después, volvió a la mesa en busca de su té, y me miró sorprendido preguntando dónde estaban los hielos :)

Otra cosa que fascina a Sam (y a mí, debo admitirlo), son las burbujas... Nos encanta hacer burbujas, y no sólo las de vasito con jabón y aro... Sam observa y nota las burbujas que aparezcan en cualquier sitio: como cuando me sirvo la leche en un bol para tomar cereal, dice con mucha emoción "look, baboosh!" (look bubbles! / ¡mira, burbujas!), cuando le lavo los pies o las manos en el lavamanos, intenta siempre tocar y coger con las manos la espuma que se forma en el lavabo, y se sorprende que se le escape de los dedos :)

La cara de maravilla que ponen los niños con cosas que para nosotros son tan cotidianas que dejan de ser mágicas, me hace reflexionar e intentar apreciar más las cosas de mi día a día.

¿Tienen alguna anécdota dulce e inocente de estas? Si es así me encantaría leerlas...

Foto bajo licencia Creative Commons, algunos derechos reservados, cortesía de JRGCreations « Valido la inscripción de este blog al servicio Paperblog bajo el seudónimo amormaternal ».

Louma Sader Bujana

Es autora de múltiples bestsellers, entre ellos Reflexiones sobre Crianza Respetuosa, y Happy Agenda, así como creadora de diversos cursos pioneros que devuelven el bienestar y la fluidez a la relación madre-hijo. Es, además de Licenciada en Odontología, con un enfoque en la educación y prevención, la fundadora de Amor Maternal, y de la Academia de la Crianza Respetuosa. Se ha especializado en marketing y emprendimiento online, ofreciendo consultoría para profesionales y pequeñas empresas.


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5 comentarios:

  1. Me encantó la historia de Vania, es increible como un niño puede apreciar esos pequeños detalles que los adultos siempre olvidamos. A mi también me flipan las burbijas y confieso orgullosa que también sé hacer hielo!

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  2. También me encantó la historia de Vania :-)

    Podría ser la primera "receta" para enseñar a los niños porque es fácil, no es peligrosa porque no hay que hornear y ellos quedan maravillados viendo cómo el agua se transforma en hielo al cabo de un par de horas. Y después al revés, como le ocurrió a Sam... imagino su carita de sorpresa :-)

    A mi niño y a mi también nos ENCANTAN las "ujas" (burbujas).

    Besos

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  3. Hola!, que historias tan maravillosas, y es cierto los niños hacen y dicen cosas sorprendentes, lo más importante es la sencillez, la naturalidad, la veracidad, la inocencia de sus actos. Soy madre primeriza y mi vida ha dado un giro total, y no cambiaría nada ni un solo segundo desde que nació mi hijo.
    Felicitaciones, me encanta tu pagina!

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  4. Los niños son mágicos y con mis hijos he ido aprendiendo una vez más a maravillarme de las cosas cotidianas.

    A mi hija le encantan las flores y las descubre en los lugares menos esperados y escondidos. Le encanta el proceso de cocinar los alimentos, como el simple hecho de cocer un huevo cambia su textura y su sabor.

    A mi pequeño le fascina ir descubriendo los animales y sus personajes favoritos en los espectaculares. Y las burbujas son sus favoritas, cuando abrimos el shampoo y salen algunas le encanta perseguirlas hasta romperlas.

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  5. Hola Azu,

    ¡Qué lindo tenerte por acá! La verdad es que los niños nos enseñan nuevamente a apreciar algunas cosas que dejábamos pasar desapercibidas, y que en realidad pueden traernos alegrías simplemente con prestarles atención :) Uffff, me enredé, jeje.

    Sí, Ama DCYM, es buena idea como receta, jeje... aunque Sam y yo a menudo cocinamos otras cosas juntos. Por ejemplo cuando hago arepas (un pan de maíz venezolano), le doy una bolita de masa para que juegue y luego le damos forma y la pongo a cocinar :)

    Yanny, mil gracias por tus lindas palabras :) Es verdad, la inocencia con la cual los niños miran el mundo es preciosa, deberíamos aprender nuevamente a mirarlo así, y procurar que ellos siempre mantengan esa cualidad.

    Susana, gracias por pasar y compartir los cuentos lindos de tus hijos :) Es delicioso volver a entrar en ese mundo mágico con nuestros niños, volver a maravillarnos con cosas sencillas :)

    Un abrazo a todas y muchas gracias por visitarnos!

    Louma

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